Ubicada a pocos metros del casco urbano de la antigua capital de la isla, esta encantadora casa de campo menorquina se despliega en una impresionante extensión de aproximadamente 35.500 m², un rasgo inusual en la zona. La finca está adornada con construcciones agrícolas y ganaderas de gran valor, incluyendo un establo y un antiguo "pont de bens". Con su propio pozo legalizado, aljibe, tierra cultivable de excepcional calidad y suministro de energía eléctrica de red, la propiedad ofrece fácil acceso y privacidad, características que le añaden un valor incomparable.
La vivienda principal, con su acogedor porche orientado al sur, invita a disfrutar de agradables veladas en un entorno tranquilo y pintoresco. En el interior, el característico salón-comedor con chimenea y muebles de obra refleja la auténtica esencia menorquina, mientras que la cocina, hecha de obra y madera, mantiene el estilo tradicional. Tres amplísimos dormitorios, uno de ellos con chimenea, aseguran comodidad y calidez, complementados por dos baños exteriores que realzan la singularidad de la casa.
Completando esta magnífica vivienda, encontramos un garaje y una zona de lavadero, ofreciendo todas las comodidades necesarias para una vida rural pero confortable. Esta casa no es solo una vivienda, sino una representación viva de la cultura popular local, un refugio ideal para quienes buscan la autenticidad y el encanto de Menorca.